Rescatando a los clásicos (I).
Lecciones de pedagogía deportiva. “Juegos populares”.
Por Pierre de Coubertin.
Publicado el 1 de noviembre de 1925 en las páginas 54 y 55
de La Escuela Moderna.
Más atlético que el juego de pelota es la soulé o football,
cuyos actuales reglamentos contienen aún muchas prescripciones de los antiguos.
El foot-ball es violento y muy ocasionado a lamentables
accidentes, pero nadie se cura de ellos; todo el mundo juega; Enrique II se
entrega a él con gran pasión, teniendo siempre en su equipo al poeta Rousard. Y
no es que el juego no tenga sus detractores; Felipe V, en 1319, y Carlos V, en
1369, quisieron prohibirlo, sin lograrlo; los mismos eclesiásticos lo practican
al salir de misa, y multitud de partidos anuales de pueblo en pueblo, se
registran en actas de aquellos lejanos tiempos. A este respecto es curioso el
Diario de Sire de Gouberville, gentilhombre del Catentín, que descubre
magníficas partidas (1554), a las cuales convidaba a sus propios criados y aún
a los soldados de un fuerte vecino, con los cuáles comía después
democráticamente. El foot-ball no es menos popular en Inglaterra, aunque mal
visto entre la alta clase; Sir Thomas Elyot, diplomático letrado, es amigo de
los deportes, menos de éste, y Jacobo I lo condena en las instrucciones legadas
a su hijo Enrique.
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